El estrés como causa de enfermedades

Hace unos días en el telediario de RTVE se presentó este reportaje. Por su interés lo reproducimos hoy en nuestro blog.
   
"España es el segundo país europeo en consumo de tranquilizantes. El estrés que sufren muchas personas, especialmente en las grandes ciudades, acaba desencadenando múltiples enfermedades. Romper con esas prisas resulta complicado. 

 Cada vez hay más movimientos que, defienden otro tipo de vida. Las agendas están llenas y no hay tiempo para uno mismo. En muchas ocasiones, la gente sólo se replantea su forma de vivir cuando sufre una enfermedad grave. "La pregunta es: ¿necesitamos que la vida nos de una bofetada clave para ser conscientes de que somos tiempo y de que no queremos llegar tarde a los momentos clave de nuestra vida?" 

  Las personas a las que les gusta su trabajo se estresan menos. En todo caso, los expertos dicen que lo importante es tener claro que nuestra salud es prioritaria. Infartos, hipertensión, migrañas, problemas en la piel, ansiedad, infertilidad, impotencia, insomnio, trastornos digestivos, contracturas. La lista de los problemas de salud relacionados con el estrés es, de por sí, estresante.


 Vivimos a toda carrera y con la mente dando vueltas una y otra vez a cualquier problema. "La alarma nos debe sonar cuando estamos muy activados, no somos capaces de desconectar, resulta desagradable esa activación fisiológica y entonces sucede que ya no dormimos". 

  Algo así le pasaba a Juanjo Hernando y hace dos años decidió dejar su trabajo después de 25 años de directivo en Caja Madrid. Su salud ha mejorado. Ahora ayuda a otras personas a orientar su trabajo y dice que el problema muchas veces lo crea uno mismo. "Es que cuando llegas al trabajo estás cabreado ya, pues lógicamente cómo te va a gustar ese trabajo". "Primero piénsate si eres tú el que haces el trabajo tóxico". 

  Según los psicólogos es fundamental que aprendamos a no sobrecargarnos. "Identificar los problemas, saber valorarlos sin magnificarlos y saber atenderlos cuando debemos atenderlos". Pero hay quienes van más allá y plantean la necesidad de un cambio en nuestra filosofía de vida.  

  El movimiento slow es un ejemplo. Defiende vivir con calma y no confundir la prisa con el tiempo. "La cultura de la prisa es la cultura del tener y la cultura del tiempo es la cultura del ser. Cuando tu apuestas tu vida a la cultura del tener la mides con relojes. Soy lo que tengo y lo que hago por tener más". Dice un refrán africano que el hombre blanco tiene reloj pero nunca tiene tiempo. En nuestra sociedad, con frecuencia el éxito se mide por lo llena que está tu agenda. Pero llegamos tarde a lo importante, vivimos bajo el síndrome de la felicidad aplazada. "Aprendemos a ser hijos cuando somos padres, padres cuando somos abuelos, y a vivir la vida cuando ya no te queda tiempo para vivir". 

 Por eso en la asociación Slow People tienen claro que hay que reapropiarse del tiempo, que las nuevas tecnologías deben ayudarnos pero no esclavizarnos, que hay que disfrutar de los pequeños momentos y de las personas queridas y hacer cosas que nos gratifiquen. Y además de comer bien y hacer ejercicio, relajar la mente un rato al día con yoga, meditación... "Vamos a recuperar la atención en la respiración"- Quienes llevan tiempo haciéndolo, en un centro o en casa, dicen que notaron los beneficios en 10 o 15 días. "Relativizaba más las cosas, hacía que gestionara mejor mis emociones, tenía menos estrés"- "Al concentrarse en la respiración, uno se va calmando de forma espontánea". Pero la esencia de la meditación es vivir el momento presente con toda intensidad. "Las primeras sesiones que toman es simplemente de observar: párate y observa lo que te está pasando y eso es muy desconcertante para las personas porque no estamos acostumbrados".   


El poeta Juan Ramón Jiménez lo dejó escrito: "No corras, ve despacio, que adonde tienes que ir es a ti solo".
    

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