GENERACIÓN del PROGRESO





Hemos oído hablar mucho sobre las generaciones del 27 y del 98 por sus relevantes escritores y ensayistas. Es frecuente leer también sobre la generación del 36, dramaturgos de la época de la Guerra Civil española.

Hoy me gustaría presentaros a una nueva generación. La “GENERACIÓN DEL PROGRESO”. Aquella que nació durante la guerra civil, durante su posguerra , y durante la primera década de la dictadura franquista de nuestro país. Una generación que ahora además ha sido golpeada por un virus, el cual ha llegado para coronar su final.



Desgraciadamente muchos de ellos están perdiendo y perderán sus vidas durante estas semanas a causa del COVID-19. Unos lo harán a pesar de ser atendidos con todo el arsenal terapéutico disponible en su Hospital de referencia. Otros se quedarán en las puertas de las saturadas Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) para darnos paso a los que por ser más jóvenes, se presupone justo que tengamos más derecho a la vida. Algunos fallecerán antes de llegar a ser valorados por un sanitario en la soledad de su domicilio o de su centro residencial. Los más afortunados no llegarán a infectarse o lo harán de forma leve vigilados de cerca por sus Médicos de Familia.

Está generación se va sin dejar textos escritos de referencia, pero sin duda, nos dejan algo más importante, su "GRAN LEGADO". Nos dejan una historia de vida caracterizada por el esfuerzo y el amor hacia su familia, hacia su comunidad, y hacia lo que construyeron con y para ellos.

Ellos nos quitaron las piedras del camino para que pudiéramos vivir mejor y sin darnos cuenta, en nuestra acelerada e individualista forma de vida, hemos vuelto a depositarlas en él.  

Hemos tropezado nosotros, y sin embargo, los que han caído han sido ellos.


Es por ello que:

a vosotros que conocisteis la posguerra y una dictadura,

a vosotros que cumpliendo con vuestros deberes, supisteis siempre luchar sin miedo por defender vuestros derechos,

a vosotros que sufristeis en silencio las normalizada desigualdad y violencia de género, e intentasteis no trasmitirla u ocultarla a vuestros hijos para que no la sufrieran,

a vosotros que os sacrificasteis intentando ofrecer un futuro mejor a vuestros descendientes,

a vosotros que entendisteis la importancia de "guardar" por si venían tiempos de crisis,

a vosotros que os enorgullecía ver como vuestros hijos tenían opción y acceso a estudios superiores,

a vosotros que cuando ya os habíais jubilado volvisteis a trabajar duro al frente del cuidado de vuestros nietos,

a vosotros que cuando os disponíais a disfrutar de vuestros ahorros los donasteis a vuestros hijos para ayudarles a salir de la crisis económica del 2008. Incluso a muchos esta crisis os golpeo duró a las puertas de vuestra anhelada jubilación arrebatándoos lo que con tanto esfuerzo habíais conseguido.

a vosotros que habéis perdido vuestros queridos campos de cultivo y residencias rurales, cuyos recuerdos se mantienen activos durante vuestras largas noches de insomnio,

a vosotros que sabéis cocinar con tan poco y sin embargo, hacer que sepa a tan grande,

a vosotros que tratáis en vano con analgésicos el dolor de una soledad no deseada,

a vosotros que mantenéis la sonrisa cuando os visitamos en vuestras impersonales residencias,

a vosotros que esperáis, justificáis y entendéis la llamada ausente y la distancia presente de quienes más queréis,

a vosotros que minimizáis vuestras limitaciones físicas y cognitivas para no generar más trabajo,

a vosotros que buscáis en vuestras pastillas la seguridad, en la inevitable incertidumbre de la descompensación de vuestras enfermedades crónicas,

a vosotros que a pesar de vuestra fragilidad siempre respetáis y cuidáis al sistema sanitario y sobre todo a sus profesionales,

a vosotros que en su momento no os quejasteis de vuestras circunstancias de la vida,

a vosotros que hoy escucháis con miedo las noticias de los medios de comunicación sobre la expansión del virus y las letales consecuencias entre vuestros contemporáneos,

a vosotros que os habéis ido sin poder despediros ni recibir el calor de los que más os quieren,

a vosotros…   
¡¡¡¡¡¡ GRACIAS y NUESTRAS MÁS SENTIDAS DISCULPAS!!!!!


Gracias por enseñarnos tanto en cada consulta y en cada visita domiciliaria.

Gracias por darle sentido a esta profesión en tiempos de crisis.

Gracias por esa complicidad recíproca al mirarnos a los ojos, y que sólo entiende quien se siente cuidado y quien se reconoce respetado.

Gracias por construirnos un camino menos hostil y tortuoso por el que caminar, muy diferente al que vosotros iniciasteis, y que inconscientemente hemos ido destruyendo a nuestro paso.

Estamos en deuda con vosotros, lo mínimo que podemos hacer los que nos quedamos, es continuar con vuestro legado y volver a alzarlo como homenaje a vuestra inesperada y cruel partida.

Analicemos el camino recorrido por vosotros en el que conseguimos alcanzar un punto óptimo de bienestar social, emocional y económico. Observemos cada piedra depositada a posterior por nosotros mismos, y analicemos porqué hemos tropezado. Busquemos juntos las mejores opciones de reestructuración política, social y sanitaria.

Hablemos durante muchos años a nuestros hijos y nietos sobre esta humilde y discreta generación, la GENERACIÓN DEL PROGRESO. Aquella que con su esfuerzo y compromiso nos hizo soñar y llegó a construir una vida mejor que la de sus antepasados. Una vida, que en lugar de trabajar por mantenerla, nos cegamos en querer superarla, embaucados por la melodía de nuestro particular Flautista de Hamelin, el “progreso”.


El coronavirus ha llegado a nuestras vidas como una emergencia sanitaria, pero no ha hecho más que abrir la caja de Pandora de lo que realmente estaba siendo una emergencia y a la que no supimos tampoco adelantarnos: la de la debilidad política y social de nuestra sociedad.

Guiados por el culto al “crecimiento económico y al consumo”, y asfixiados por la silenciosa racionalizacion del sistema disfrazada de “burocracia” y de "cadenas de montaje", hemos visto anulada nuestra capacidad de reflexión y de acción. El coronavirus nos baja de nuestro delirio de grandeza y nos ubica en nuestro lugar en este mundo.

Nos devuelve al punto de partida de nuestra Generación del Progreso, pero con la esperanzadora diferencia de tener la experiencia de conocer los posibles escenarios futuros. En una especie de “regreso al futuro”, como nuestros entrañables Marty y Dr Brown, nos toca de nuevo trabajar duro para allanar el camino a nuestras generaciones futuras, intentando subsanar los errores que hemos cometido en nuestro pasado más reciente.


Aprendamos de las herramientas de trabajo de nuestra "Generación del Progreso". La humildad, el esfuerzo personal, la reivindicación activo-pacífica, y el compromiso social. Todo esto gestionado desde una sólida y necesaria cohesión comunitaria. 


                                                                                                                                                     
Finalizo el post con este tema. Original de los 40, versionado durante los 80, y que nos muestra con ternura, la energía y el optimismo característico de la Generación del Progreso. Dista mucho de las letras y las melodías de nuestra sociedad actual. 


¡Espero poder bailarla pronto todos juntos inaugurando el huateque con un caluroso abrazo!
Mientras, podemos ir ensayándola, manteniendo la distancia de seguridad, durante el duro confinamiento 😉...

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