Vitaminas y otros suplementos en el embarazo

Es frecuente que las mujeres jóvenes cuando habéis acudido  al médico, al ir a prescribir algún medicamento os hayan preguntado si estáis embarazada. O incluso vosotras mismas hayáis advertido al facultativo de vuestro estado de embarazo, con el fin de evitar que os puedan recetar medicamentos que sean perjudiciales para el feto. Sin embargo, teniendo presente que los medicamentos pueden afectar a la madre y al futuro hijo se siguen tomando y prescribiendo en exceso. Según un informe que elaboró  la Organización Mundial de la Salud (OMS) la mayoría de las mujeres embarazadas (el 86 %) tomaban una media de casi 3 fármacos (2.9).

Hay mujeres que  por algún determinado problema de salud tendrán que seguir un tratamiento crónico. En estos casos, llegado un embarazo, el médico tendrá que valorar la necesidad de seguir con el mismo o cambiar por otros medicamentos que no estén contraindicados.

En otras ocasiones, durante la gestación van a aparecer situaciones que requieran de un tratamiento. En estos casos, debemos tener en cuenta que durante este periodo se producen una serie de adaptaciones fisiológicas en el cuerpo de la mujer que van a afectar  la eficacia y la seguridad de los fármacos. Por ello, en estos momentos, más que nunca hay que evitar la automedicación, consultar con el médico de familia y en caso de emplear algún producto hacerlo a la dosis más baja posible. Tener en cuenta que los ensayos clínicos sobre seguridad de los medicamentos que se hacen antes de su comercialización no se realizan en mujeres embarazadas, por lo que no podemos tener la seguridad que no vayan a ser perjudiciales. 

Con todo ello, hoy en este post, nos queremos referir, no a  los medicamentos en general sino a aquellos suplementos que se aconsejan o se prescriben desde el mismo momento del embarazo y que de forma rutinaria se toman durante los 9 meses o incluso se mantienen después en la lactancia. Siendo la gestación una situación fisiológica ( y necesaria para la supervivencia de la especie )  no se entiende que una mujer tenga que salir de su primera visita con el médico o la matrona con una lista de productos para empezar a tomar, como si de una enfermedad acabase de ser diagnosticada.

Hierro, yodo, ácido fólico, omegas3, vitaminas, zinc... 

YODO

Es un nutriente esencial para el ser humano ya que se utiliza para la síntesis de hormonas tiroideas. No es producido por el organismo, por lo que debe ser aportado con los alimentos. Esto se consigue con la yodación de la sal, también la leche y derivados lácteos aportan yodo.

En España, NO se aconseja dar suplementos de Yodo a las mujeres embarazadas, salvo que no se pueda garantizar el consumo necesario, el cual se puede conseguir con 3 raciones diarias de leche y 2 gramos al día de sal yodada. 

HIERRO

Forma parte de la hemoglobina de la sangre que se encarga del transporte de  oxígeno a todos los tejidos de nuestro organismo. La anemia ferropénica es el trastorno nutricional más frecuente en las mujeres embarazadas. Por otra parte, los niveles más  elevados en sangre de hemoglobina durante el embarazo, también se asocian a determinados riesgos como retraso en el crecimiento intrautero del feto, eclampsia, hipertensión arterial.

Por todo ello, actualmente hay una recomendación en CONTRA del empleo de suplementos de hierro durante el embarazo, debiendo solo ser administrado cuando se detecten valores anormalmente bajos de hemoglobina en las analíticas que rutinariamente se practican durante el control de la gestación.


ÁCIDO FÓLICO

Los folatos también son nutrientes esenciales que no podemos fabricar y por tanto deben ser aportados por la dieta. Su déficit se asocia con defectos en el desarrollo del sistema nervioso, siendo la espina bífida la alteración más conocida relacionada con su carencia. El ácido fólico es el único suplemento que hoy en día se aconseja tomar durante el embarazo.En mujeres sin factores de riesgo ( que no tengan otros hijos con espina bífida o estén tomando determinados medicamentos que interfieren con la absorción de los folatos) durante los tres primeros meses del embarazo, eso sí a dosis más bajas de las que generalmente se están empleando (0.4 mgr son suficientes en estos casos)

Independientemente de la suplementación, se aconseja tomar aquellos alimentos ricos en este nutriente como son los vegetales de hoja verde, frutos secos, frutas, legumbres, cereales... 

ÁCIDOS GRASOS OMEGA 3

La cantidad recomendado de éstos, se consigue comiendo 1-2 veces a la semana pescado, por lo que no hay ninguna necesidad de tomar ningún suplemento.

SUPLEMENTOS VITAMÍNICOS

No todas las vitaminas son necesarias en el embarazo, por otra parte, algunas pueden interferir en la absorción de otros compuestos necesarios. Además se corre el riesgo de tomar en exceso alguna vitamina , lo cual también es perjudicial ( vitamina A en dosis elevadas puede producir malformaciones fetales , la vitamina E favorecer sangrados, la vitamina C disminuir la absorción de cobre....). Por todo ello no se aconseja la toma de complejos vitamínicos.


En definitiva, salvo en determinadas situaciones, se aconseja tomar suplementos de ácido fólico  y solamente durante el primer trimestre del embarazo. El resto de estos nutrientes los vais a encontrar en una alimentación   sana y equilibrada. 

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